Si la suerte y la salud nos acompañan pasaremos la tercera parte de nuestra vida en los brazos de Morfeo que fue para los griegos el Dios del sueño. Morfeo tenía la encomiable tarea de alejar a los mortales de los malos pensamientos. Adquiría una forma humana y con sus alas ligeras volaba silenciosa y rápidamente proporcionando un descanso reparador. Y hablando de Morfeo, tú ¿duermes bien?.
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